La mayoría de las personas que han sobrevivido a un daño cerebral lateralizado presenta secuelas que afectan a componentes sensoriomotores, cognitivos o conductuales. Estos déficits repercuten en la correcta ejecución de actividades de la vida diaria, antes y después de un tratamiento multidisciplinar. Un equipo ha analizado y comparado el perfil ocupacional de las personas con daño cerebral adquirido unilateral, tanto en sujetos con traumatismo craneoencefálico (TCE) como accidentes cerebrovasculares (ACV), mediante la independencia funcional, la capacidad, la participación y la calidad del desempeño de las actividades cotidianas.
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Los investigadores realizaron un diseño casi experimental de cohortes con una muestra de 58 personas (28 con TCE y 30 con ACV), en ambos casos lateralizados. Las medidas utilizadas fueron la FIM+FAM, la clasificación internacional del funcionamiento, la discapacidad y la salud, y elAssessment of Motor and Process Skills. Los resultados del análisis apuntaron hacia la existencia de diferencias significativas y un moderado tamaño del efecto en las dos estimaciones transversales, otorgando mayores niveles de independencia a las lesiones sobrevenidas en el hemisferio derecho (p < 0,001). Sin embargo, al dividir la muestra según el diagnóstico, no aparecieron diferencias significativas, salvo en las habilidades motoras, donde se muestran mayores puntuaciones en los TCE (p < 0,05).
Lo que justifica las diferencias no es la modalidad de la lesión (TCE o ACV), sino la localización hemisférica, por lo que los autores sugieren que las personas con daño cerebral adquirido en el hemisferio izquierdo requerirán una intervención más intensa.
[Rev Neurol 2014]
Huertas-Hoyas E, Pedrero-Pérez EJ, Águila-Maturana AM , González-Alted C

