Alzheimer, y cuando lo cotidiano nos ayuda a prevenir.

Habitualmente, durante las horas de sueño procuramos dar descanso al cuerpo del modo que, instintivamente, nos resulta más cómodo ya sea boca arriba, boca abajo, de lado…

Por lo visto, un equipo de de la Universidad de Stony Brook (Nueva York) ha publicado en la revista Journal of Neuroscience un estudio, según el cual, dormir en posición lateral (la más frecuente) ayuda a limpiar de las sustancias químicas nocivas para nuestro cerebro.

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Aunque resulte curioso, se ha comprobado que ello contribuye de modo directo a la prevención de patologías neurológicas como el Parkinson y Alzheimer.

Os dejamos el enlace a la noticia completa: http://cadenaser.com/ser/2015/08/09/ciencia/1439119605_946185.html

Fuente de la imagen: http://cadenaser00.epimg.net/ser/imagenes/2015/08/09/ciencia/1439119605_946185_1439119856_noticia_normal.jpg

Un saludo y buen comienzo de semana.

CUIDA DE TU CEREBRO EN VERANO

Descansa y aprende a cuidar de tu cerebro en vacaciones

En este día de verano queremos compartir con vosotros este interesante artículo publicado en el blog de «Neuroespi» recientemente. La lectura se basa en estudios recientes de investigación, relacionados con el estrés y las funciones cognitivas o la influencia del entorno en el funcionamiento cognitivo. La verdad que merece la pena que lo leáis porque es bastante interesante.

Os hacemos un breve resumen.

«Las vacaciones tienen el gran potencial de romper el ciclo del estrés. Después de unas buenas vacaciones, estamos más preparados para afrontar el mundo de nuevo, aunque nos dé mucha pereza. Ir de vacaciones y descansar nos permite, entre otras cosas»:

  • Aumentar la perspectiva de nuestros problemas
  • Aporta bienestar y nuevas experiencias vitales
  • Aprender de otras personas u otras culturas, favoreciendo las habilidades comunicativas
  • Relajarse con los problemas familiares, de amigos y/o de pareja y promover buenas relaciones con ellos
  • Volver a la rutina
  • Disminuir el estrés del trabajo y de la vida cotidiana
  • Desarrollo personal e interpersonal
  • Aporta bienestar

En una investigación de la Universidad de Michigan de 2008, se estudiaban los efectos en el funcionamiento cognitivo en la interacción con la naturaleza comparado con la interacción en el medio urbano. Los entornos urbanos suponen una activación de la atención superior a los entornos naturales. Mientras que en una ciudad tienes que estar pendiente de muchos estímulos (por ejemplo evitar que te atropelle un coche o seguir la normas de seguridad vial), en la naturaleza la atención está menos obligada a seguir normas y es menos estresante, lo que convierte las actividades en más reconfortantes y reparadoras.

Los autores encontraron que la exposición a entornos naturales tiene un potencial restaurador también a nivel subjetivo, También concluyeron que la naturaleza aporta tranquilidad y mejora el rendimiento atencional, siempre y cuando los escenarios sean tranquilos y no saturen la atención directa.

En otras investigaciones se ha visto que el consumo de glucosa, el descanso y la meditación antes de realizar tareas atencionales también han demostrado ser factores mediadores importantes de la atención.

En las vacaciones se rompe con el estrés y es importante hacer cosas nuevas, que normalmente no hacemos, nos recomienda Amalia Muñoz Neuropsicóloga autora del artículo. «Visita amigos, pasea, corre, sal en bici, visita lugares que hace tiempo que quieres visitar, haz muchas fotos. Aunque no te muevas de tu ciudad, puedes hacer muchísimos planes y excursiones para ejercitar, relajar, dar creatividad a tu cerebro a la vez que descansas y potencias tus habilidades cognitivas»

Así que ya sabéis, ¡A cuidar nuestro cerebro!

Felices vacaciones a todos aquellos que los que las estéis disfrutando.

Equipo de RhbNeuromad

Podéis leer más sobre este artículo en:

Descansa y aprende a cuidar de tu cerebro en vacaciones

Fuente: http://www.neuroespai.com/

BIOCRUCES: ELABORACIÓN DE UN ATLAS CEREBRAL CON CONEXIONES ESTRUCTURALES Y FUNCIONALES.

Resultado de imagen de conexiones cerebrales

BioCruces ha elaborado un atlas cerebral con conexiones estructurales y funcionales. El estudio pone en evidencia la fuerte dependencia que existe entre la conectividad estructural y las redes de conectividad funcional.

La investigación ha sido llevada a cabo por el Grupo de Neuroimagen Computacional y la Plataforma de Biomedicina Cuantitativa del Instituto de Investigación Sanitaria BioCruces. El trabajo también se ha publicado en la revista Nature Scientific Reports y su primer autor es Ibai Díez, ingeniero de telecomunicaciones de BioCruces. 

Este estudio permite abrir nuevas alternativas para estudiar patologías como el Alzhéimer, el Párkinson, la Epilepsia o los TCE. Combina técnicas de tres disciplinas diferentes (la neurociencia, el procesado de imagen y la teoría de redes).

Durante la investigación, se han fusionado datos estructurales y funcionales del cerebro a gran escala para poder ver cómo se organiza. El resultado de este análisis, es un atlas que sigue un patrón funcional y estructural común. Hasta ahora, los estudios y atlas realizados eran puramente estructurales anatómicos o puramente funcionales.

El atlas afirman que es «robusto y persistente«, y se ha validado con datos en otros sujetos y en diferentes máquinas de resonancia magnética.

Si quieres leer más, aquí te dejamos la noticia original: http://www.redaccionmedica.com/autonomias/pais-vasco/un-atlas-cerebral-de-biocruces-abre-nuevas-alternativas-para-el-alzheimer-y-el-parkinson-84671

Fuente imagen: https://encrypted-tbn1.gstatic.com/images?q=tbn:ANd9GcTdSc6HpYWQrr_IFsCpPYI20Tb8YkuQhZKUcmIKK7OOTZObWOn8

¿El ESTRÉS favorece la MUERTE Neuronal?

Recientes artículos académicos han estudiado la relación del estrés crónico con enfermedades como el Alzheimer o Parkinson, y hoy queríamos compartir lo que recientemente hemos leído sobre el tema.

En primer lugar ,compartimos este interesante artículo que aborda el estrés, está escrito por el Dr. Juan A Cruz Verlarde.

Os pasamos a hacer un breve resumen:

«El estrés es la forma natural en que un organismo vivo reacciona ante un peligro, una amenaza: se activan sus mecanismos de defensa para afrontar esa situación.No siempre el estrés se asocia a un asunto desagradable; hay situaciones en que el organismo tiene que mantenerse más activo de lo habitual,“estresado”, para alcanzar un objetivo: perder un taxi, prepararse una presentación oral, un exámen, marcar gol en el lanzamiento de un penalti»…

Cuando el estrés, respuesta natural del organismo, toma caminos viciados o perturbados, o se hace crónico puede dañarnos. Hay muchas investigaciones que demuestran que si el estrés y en cuanto a intensidad y tiempo sobrepasan los límites produce alteraciones cerebrales.

tudialaboral.com

Las lesiones por estrés van desde modificaciones leves y reversibles hasta situaciones en las que puede haber muerte neuronal.

«Los perjuicios que puede producir el estrés sobre nuestro cerebro están directamente relacionado con los niveles de hormonas (glucocorticoides y otros) secretados en la respuesta fisiológica del organismo. El exceso de glucocorticoides provoca una cadena de alteraciones en diversas estructuras cerebrales, especialmente en el hipocampo, una zona que juega un papel crítico en muchos procesos de aprendizaje y memoria.»

Según relata el Doctor, la respuesta al estrés depende en gran medida de la primeras etapas de vida.  Así, las primeras experiencias fundamentalmente el cuidado materno en el inicio de la vida, provocan cambios hormonales y celulares definitivos en el hipocampo, la amígdala y otras estructuras límbicas con especial afectación de circuitos colinérgicos, dopaminérgicos y serotoninérgicos.

De esta primera etapa de la vida entonces estará influenciado el cambio en la forma en que el adulto responderá al estrés posteriormente.

Podéis leer más sobre el artículo en : http://www.neuronae.net/#!ESTRES-Y-MUERTE-NEURONALEL-NAÚFRAGO-DE-MAELSTROM/c6ib/55577d610cf2adc1ad38cfad

Aunque vivimos inmersos en un «estrés diario» que es difícil de combatir para todos. Disponemos de «herramientas naturales» para combatirlo y es que muchas investigaciones actuales han querido estudiar la MEDITACIÓN y los grandes beneficios que aporta en nuestro cerebro.

Según recientes estudios, las personas que practican meditación presentan, en determinadas zonas del cerebro, una mayor cantidad de pliegues en su corteza cerebral. Se considera que cuantos más pliegues tenga la corteza cerebral, mejor es el funcionamiento del cerebro

elmonodeharlow.blogspot.com

Meditar solamente unos minutos durante el día, tiene el poder de combatir los efectos negativos del estrés, y esto no se refiere a colocarse con las piernas cruzadas y en aptitud de «OM» . Se puede caminar en silencio, observando cada detalle de la naturaleza o tu entorno por ejemplo, o parar y observar nuestro cuerpo de vez en cuando.

Esperamos que os sirva de ayuda toda la información

Gracias por leernos!

Nueva Guía: NEUROCIENCIA PARA EL CAMBIO. Neurosicoeducación para todos.

Tapa libro Neurociencias

Hoy Martes, os queremos dejar una guía o libro digital de neurociencias gratuita. El material es de uso libre, y ha sido proporcionada por la Asociación Educar – www.asociacioneducar.com.

Ha sido escrita por Dr. Carlos Logatt Grabner y por Marita Castro.

En ella, podréis encontrar los siguientes capítulos:

  1. Introducción a la Neurosicoeducación.
  2. Evolución del pensamiento humano.
  3. Mundo interior y exterior.
  4. Aprendiendo sobre nuestro cerebro.
  5. Algunos de los factores que pueden contribuir al desequilibrio de nuestro mundo interior.
  6. La salida al problema humano.
  7. Final: Neurosicoeducación.

La podéis descargar directamente o bien recibirla en vuestro correo electrónico. Sólo tenéis que pinchar en el siguiente enlace:

http://asociacioneducar.com/libro-neurociencias

Fuente imagen: enlace arriba indicado.

Nuevo artículo: «Dime qué comes y te diré cómo funciona tu sistema nervioso»

Hoy, 28 de Mayo, se celebra la XIV edición del Día Nacional de la Nutrición, por eso hoy mejor que nunca, os queremos dejar un artículo relacionado con la nutrición y el funcionamiento del Sistema Nervioso.

Aquí os dejamos la primera parte de este interesante artículo, escrito por nuestra gran colaboradora Emma Gil Orejudo:

«Dime qué comes y te diré cómo funciona tu sistema nervioso»
La nutrición del sistema nervioso. Parte I: Los macronutrientes.

La popular frase “eres lo que comes” es comúnmente utilizada para persuadir a las personas de que tomen una diversidad de alimentos. No solemos ponerla en relación con nuestros sistemas nerviosos. Sin embargo, si tenemos en cuenta que solo el cerebro consume el 60% del requisito total diario de glucosa del organismo, puede ser interesante que nos paremos a analizar qué nutrientes necesita nuestro sistema nervioso para funcionar de manera óptima.

Estamos acostumbrados a encontrarnos en situaciones en que nuestro sistema nervioso disminuye su rendimiento por circunstancias relacionadas con la alimentación (por ejemplo la somnolencia que notamos después de una comida copiosa). Otras manifestaciones del sistema nervioso como la aparición de calambres, problemas de atención, falta de tono muscular, apatía, etc, pueden deberse a la falta de los niveles requeridos de ciertos nutrientes. Su detección y aporte puede resolver estas condiciones de forma sencilla, pero para ello hemos de estar atentos y considerar el factor nutricional como origen de multitud de signos disfuncionales del sistema nervioso.

El objetivo del presente artículo (dividido en dos partes dada la extensión del tema) trata de ofrecer información sobre los nutrientes necesarios para el óptimo funcionamiento del sistema nervioso así como subrayar la importancia que tiene cada uno de ellos, y los alimentos donde se encuentran.

En nutrición humana se utiliza una clasificación que distingue entre macronutrientes y micronutrientes. Los macronuntrientes se caracterizan por ser los nutrientes que se necesitan en mayores cantidades y además por ser los que aportan la mayor parte de energía metabólica al organismos. Por otro lado, los micronutrientes se toman en menores cantidades en los alimentos, aportando mucha menos energía; no obstante resultan imprescindibles para la correcta metabolización de todas las sustancias que necesita el organismo.

En esta primera parte del artículo se pasan a describir el oxígeno y agua como sustancias imprescindibles, así como los macronutrientes.

OXÍGENO

Aunque el oxígeno no se considere un nutriente como tal, en la actualidad se describe como pseudonutriente, ya que es imprescindible en numerosas reacciones fisiológicas del organismo.
El órgano que más aporte de oxígeno requiere es el cerebro, de hecho la privación de oxígeno durante 3 minutos puede causar muerte neuronal. El cerebro requiere el 20% del aporte total de oxígeno al organismo, que puede llegar al 40% en determinados momentos.
Para asegurar que el sistema tiene una fuente de oxígeno suficiente es recomendable estar en ambientes con una ventilación adecuada (ventana mejor que rejillas de ventilación) y libres de humo. Síntomas de que no está recibiendo suficiente oxígeno pueden ser dolor de cabeza, disminución de rendimiento intelectual, irritabilidad y signos de ansiedad.
Para que el sistema nervioso tenga un buen aporte de oxígeno, además es necesario que llegue de forma adecuada a las células a través de la sangre. La clorofila, que encontramos sobre todo en vegetales de color verde, tiene la capacidad de almacenar oxígeno en el cerebro. Además, se requiere que tanto el sistema respiratorio como el vascular mantengan su función óptima.

AGUA

Al igual que el oxígeno, el agua es considerado un pseudonutriente. El 85% del cerebro es agua (aunque parezca mentira), y el funcionamiento de las neuronas se basa, en gran medida, en el intercambio constante de líquidos. Esto nos puede dar una idea de lo importante que es una buena hidratación para el sistema nervioso.
La mejor forma de hidratarse es tomando agua, mejor que no sea solo durante las comidas, sino también entre horas en pequeñas dosis y continuadas mejor que una gran cantidad de una vez.
El agua mineral es una buena opción, ya que además es una fuente de minerales, de ahí su nombre (el apartado de minerales en el apartado de micronutrientes, en la segunda parte), siendo recomendable cambiar de marca de agua mineral ya que cada una tiene una concentración diferente de minerales.
Se recomienda un aporte de 35ml de agua por kg de peso y día en un adulto, siendo el requerimiento diario mayor para personas ancianas, niños y mujeres embarazadas.
Se puede, además de esta cantidad de agua diaria, tomar líquidos en forma de zumos, infusiones etcétera, teniendo en cuenta que éstos no sustituyan la ingesta de agua, ya que su absorción difiere.

MACRONUTRIENTES

Como se ha dicho anteriormente, son los nutrientes que se toman en mayor cantidad, y que aportan la mayor parte de energía metabólica al organismo. Existen tres tipos: hidratos de carbono o glúcidos, proteínas o prótidos y ácidos grasos o lípidos.

Hidratos de carbono

La principal fuente de energía del sistema nervioso es la glucosa, que es la unidad básica de los hidratos de carbono. Como el sistema nervioso esta superespecializado en su funcionamiento, no tiene la capacidad de almacenar energía, de forma que depende del continuo aporte de glucosa a través de la sangre. Las fluctuaciones importantes de los niveles de glucosa en la sangre son muy nocivas para el sistema. Sabemos que los estados tanto de hiper como de hipoglucemia hacen disminuir la capacidad intelectual, entre otras capacidades. Por eso es muy importante mantener el nivel de glucosa en sangre lo más estable posible.

Existen tres tipos de hidratos de carbono:

• Monosacáridos o hidratos de carbono simples: glucosa, fructosa (en las frutas).

• Disacáridos o hidratos de carbono dobles: sacarosa (azúcar doméstica), lactosa (en la leche).

• Polisacáridos: (almidón: patata, arroz; fibra alimentaria: cereales integrales).

Los dos primeros tipos de hidratos de carbono, por su estructura sencilla, son absorbidos por el sistema digestivo de forma rápida, pasando al torrente sanguíneo. El páncreas segrega la hormona insulina, que ayuda a que la glucosa se entre en las células para obtener la energía que necesita. La liberación de gran cantidad de insulina como consecuencia de una ingesta de glucosa en las formas simple y doble, provoca una caída brusca de la glucemia, lo que crea cansancio repentino y disminución del rendimiento.

Los polisacáridos son absorbidos de forma más lenta debido a que su estructura más compleja requiere de hidrolización en la digestión. Esto favorece la disposición de glucosa de manera más constante y gradual.

Es importante la elección del tipo y momento de ingesta de hidratos de carbono para favorecer la estabilidad mental y emocional, y que la vulnerabilidad sea mínima.

Proteínas

Las proteínas tienen multitud de funciones metabólicas en el organismo y en concreto en el sistema nervioso, entre otras, la de vincular a las neuronas entre sí y formar neurotranmisores.

Cada proteína está formada por una cadena de aminoácidos. Existen 20 tipos de aminoácidos diferentes, de los cuales 9 son esenciales (no sintetizables por el organismo y que hay que ingerir en la dieta) y 11 no esenciales (el organismo los puede sintetizar a partir de otros compuestos). Mediante la digestión de alimentos ricos en proteínas, éstas se descomponen en los aminoácidos que las constituyen. El organismo utilizará estos aminoácidos para sintetizar las proteínas que necesite en los lugares donde se requieran.

Los aminoácidos tienen un papel imprescindible en la regulación de la actividad cerebral, ya que son imprescindibles en el metabolismo del cerebro. Los neurotransmisores están formados por aminoácidos. Para llevar a cabo la síntesis (formación) de los distintos tipos de neurotransmisores a partir de aminoácidos, es imprescindible la presencia de cantidades suficientes de ácidos grasos poliinsaturados, vitaminas, minerales, oxígeno y glucosa (en condiciones de glucosa excesiva en sangre, la insulina liberada favorece el paso de aminoácidos al tejido muscular, disminuyendo los disponibles para la síntesis de neurotransmisores).
Los aminoácidos más importantes para el sistema nervioso, por su implicación para la síntesis de neurotransmisores, son los siguientes:

• Triptófano:

A partir de este aminoácido el organismo puede sintetizar la vitamina B3, muy importante para el sistema nervioso. Pero la mayor importancia de este aminoácido para el sistema nervioso es que es un precursor de la serotonina, que es un neurotransmisor asociado a la sensación de bienestar emocional, con efecto ansiolítico y en algunos casos antidepresivo. La serotonina es precursora de la hormona melatonina, implicada en la regulación de los ciclos circadianos de sueño-vigilia.

El triptófano circula en la sangre unido a otra proteína llamada albúmina, lo cual hace que no se arrastre normalmente a través de la barrera hemoatoencefálica si compiten otras proteínas. Sin embargo, cuando existe un alto nivel de insulina en sangre (por aumento de glucosa) ésta arrastra a otras proteínas a otros tejidos como el muscular, de modo que facilita el paso de triptófano a través de esta barrera. Esta es la razón por la cual una dieta rica en proteínas no aumenta el nivel de triptófano, y sin embargo sí lo facilita el aporte de hidratos de carbono.
Para el adecuado metabolismo del triptófano se requieren además niveles equilibrados de vitamina B6 y magnesio.
Los alimentos que contienen triptófano suelen ser más de origen animal que animal. Alimentos que tienen triptófano: leche, plátano, pavo, cereales integrales, avena, pipas de calabaza, garbanzos, semillas de sésamo.

• Tirosina

Es un aminoácido necesario para la síntesis de los neurotransmisores adrenalina, noradrenalina y dopamina, además de estimular la síntesis de acetilcolina, neurotransmisor que participa en procesos de memoria. Esto hace que la tirosina sea uno de los aminoácidos más importantes para el cerebro.
La tirosina puede ser sintetizada a partir de la fenilalanina, aminoácido esencial que hay que obtener directamente de la alimentación.
Alimentos que contienen fenilalanina: carne, pescados, huevo, productos lácteos, garbanzos, lentejas, cacahuetes, soja.

• Lisina

Este aminoácido resulta imprescindible en la regeneración de tejidos. Su falta provoca fatigabilidad, irritabilidad y falta de concentración.
Alimentos que contienen lisina: pescados, carnes magras, leche, huevos.

• Metionina

Interviene en la síntesis de acetilcolina. Cuando se consume con vitamina B12 tiene una aparente función antidepresiva, por su capacidad para disminuir las histaminas en sangre.
Alimentos que contienen metionina: trigo integral, cebolla, ajo, alubias.

• Ácido glutámico

Este aminoácido produce glutamina, la cual estimula la producción de GABA, neurotransmisor con funciones inhibitorias que favorece la concentración y el sueño.
Alimentos que lo contienen: harinas de trigo, almendras, nueces, huevos y leche.
Alimentos que contienen ácido glutámico: harinas de trigo, almendras, nueces, huevos, leche.

Otros aminoácidos que pueden relacionarse con incremento de actividad intelectual son la asparagina y la serina.

Ácidos grasos o lípidos

Los ácidos grasos tienen, entre otras, función de reserva de energía en el organismo. En el sistema nervioso forman parte de todas las membranas celulares. También compone la vaina de mielina que recubre los nervios para aumentar su conductancia. Además son necesarios para la formación de sustancias indispensables para el cerebro, entre ellos los neurotransmisores. El cerebro está compuesto por una gran cantidad de grasa en su estructura que no se metaboliza ni siquiera en periodos de largo ayuno.

Los ácidos grasos se clasifican según su estructura química en dos tipos: grasas insaturadas y grasas saturadas.

Las grasas insaturadas se llaman así por tener dobles enlaces en su estructura química. De dividen a su vez en monoinsaturadas y poliinsaturadas.

Las grasas monoinsaturadas tienen una insaturación en su estructura química. La principal es el ácido oleico que se encuentra en el aceite de oliva. Es beneficioso porque disminuye los niveles de LDL (colesterol “malo”) y aumenta el HDL (colesterol “bueno”).

Las grasas poliinsaturadas tienen dos o más insaturaciones en su estructura. La grasa que compone la estructura cerebral está compuesta en su mayoría por grasas poliinsaturadas. Dentro de estas, las grasas de mayor relevancia para el sistema nervioso son los llamados ácidos grasos omega 3 y omega 6, que son esenciales (el organismo no los puede sintetizar, y han de obtenerse a través de la dieta).

Dentro de los ácidos omega 3 se distinguen tres tipos: alfa-linoléico (de cadena corta, con capacidad para disminuir el nivel de triglicéridos); el eicosapentanoico (EPA) y docosopentatoico (DHA), estos dos últimos de cadena larga. Hay muchos datos que apoyan el hecho de que los ácidos grasos omega 3 de cadena larga reducen el riesgo de sufrir ictus. Además, al formar parte de las membranas celulares de las neuronas, alteran la disponibilidad de neurotransmisores, modula las moléculas de transducción de señales y afecta a la sinaptogénesis y a la diferenciación neuronal. El alfa linleico está contenido en los aceites de linaza, soja y nueces, mientras que los de cadena larga los encontramos sobre todo en pescados criados en libertad de movimiento.

En cuanto a los ácidos grasos omega 6, los principales para el organismos son el ácido linoleico y el araquidónico. Ambos son necesarios para el sistema nervioso ya que componen en parte las membranas de las células del cerebro. Alimentos que contienen ácido linoleico son nueces, espinacas, lentejas, aceites de cacahuete, soja y pepitas de uva.

Las grasas saturadas se llamas así porque en su estructura química no tienen ningún doble enlace o insaturación. Su consume se relaciona con aumento de los niveles de colesterol (en concreto LDL o colesterol “malo”, llamado así porque se deposita en las arterias aumentando el riesgo de patología vascular). Este tipo de grasas se encuentra en alimentos de origen animal como carnes, leche entera y ciertos derivados de lácteos. Estos alimentos sin embargo, nos aportan otros nutrientes muy útiles para el organismo, por lo que no hay que prescidir de ellos sin controlar su consumo.

Emma Gil Orejudo: emma_g10@yahoo.es

Si te ha parecido interesante, no te pierdas la segunda parte:

«MICRONUTRIENTES (VITAMINAS Y MINERALES)»

Fuente imagen: http://audioshoyleoparavos.blogspot.com.es/2013/08/alimente-su-cerebro-para-que-no-se.html

«Solitaire»: el nuevo microstent para el tratamiento de Ictus cerebrales

Un nuevo microcatéter de última generación, llamado «Solitaire«, duplica en comparación con anteriores tratamientos, la recuperación de las funciones fisiológicas y cognitivas tras un ictus.

¿Y cómo funciona este dispositivo? Este microcatéter que viaja por las arterias centrales del cerebro, está dotado de una minimalla (stent) que se abre al chocar con un trombo sanguíneo y lo captura, tal y como se puede ver en la imagen. El objetivo es arrastrar el trombo hacia un aspirador para conseguir la extirpación del mismo. Este microstent ha demostrado ser eficaz para extirpar y resolver los ictus cerebrales más graves.

La eficacia de este tratamiento ha quedado constatada en un ensayo realizado por los hospitales de Can Ruti, Vall d’Hebron, Clínic y Bellvitgte.  En él, participaron 206 pacientes que habían sufrido un  ictus y que estaba localizado en las arterias centrales del cerebro. 103 pacientes fueron tratados con el nuevo microcatéter y el resto con trombolisis convencional (administración endovenosa para disolver el coágulo).

El estudio, ha sido publicado en la revista científica New England Journal of Medicine. Los receptores, multiplicaron por cuatro, la recuperación de la autonomía imprescindible para vestirse, comer, lavarse y mantener una vida independiente.

Según Antoni Dávalos, director del área de neurociencias en Can Ruti y coordinador del ensayo, «este dispositivo revolucionará el tratamiento de los ictus más graves, y nos obligará a reestructurar los servicios».

No obstante, no hay que olvidar, que el factor que define el éxito de cualquier tratamiento es el tiempo que transcurre entre el inicio del ACV y el comienzo del mismo.

Fuente noticia e imagen: http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/cateter-que-captura-trombo-multiplica-mejoria-tras-ictus-4110700

Escuchar música clásica puede ayudar a la prevención de enfermedades neurodegenerativas

Según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Helsinki, escuchar de forma frecuente música clásica, activa los genes asociados a la actividad cerebral y puede reducir el riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas como el Parkinson o la demencia senil.
Escuchar música representa en sí una función cognitiva compleja a nivel cerebral, que provoca cambios neuronales y fisiológicos. Sin embargo estos cambios sólo habían sido estudiados a nivel molecular.
En el estudio llevado a cabo por científicos de la Universidad de Helsinki, analizaron la sangre de un grupo de 48 personas antes y después de escuchar el concierto para violín #3 de Mozart. El objetivo era buscar y establecer las alteraciones genéticas producidas por la música clásica. Los resultados fueron que escuchar música clásica asiduamente, aumenta la actividad de los genes implicados en la secreción de dopamina, la neurotransmisión sináptica, el aprendizaje y la memoria. Estos efectos genéticos, se detectaron solamente en los participantes muy aficionados a la música o a músicos profesionales.
Además, según algunos científicos, escuchar música clásica, ayuda a hacer menos activos los genes involucrados en la degeneración del cerebro y del sistema inmune, disminuyendo el riesgo de contraer enfermedades neurodegenerativas. 
Varios de los genes analizados, también están presentes en algunos tipos de pájaros. Según los investigadores, existe un trasfondo evolutivo entre la percepción de los sonidos de los pájaros y los humanos. Los resultados de este estudio, han dado información sobre el origen molecular de la percepción musical y la evolución, abriendo la puerta a nuevas investigaciones sobre los mecanismos subyacentes de la musicoterapia.

¿Como se construyen los RECUERDOS?

En la red buscando noticias de interés, hemos encontrado este interesante artículo de la Psicóloga Daniela Esquivel Cabrera especializada en  NEUROPSICOLOGÍA Y NEUROCIENCIAS. A través de esta lectura, nos explica el procesamiento de la información y la construcción de nuestros RECUERDOS, de forma bastante clara y concisa, donde se comprende bastante bien como se produce el almacenamiento, registro y evocación de nuestras EXPERIENCIAS y VIVENCIAS.

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¿MEMORIA ó MEMORIAS?

Según se refiere en el artículo, «No existe la memoria, sino múltiples sistemas de memorias con características diferentes y estructuras anatómicas subyacentes diferentes.

Los tres procesos básicos necesarios para construir recuerdos nos lleva al hecho de que no existe la memoria como proceso único y general.  Así, un registro que no se almacena no es un recuerdo pero mientras se conserva en su «fase de registro» queda como una especie de huella de registro, también podríamos llamarla memoria sensorial o perceptual. 

Además la autora explica la diferencia entre las dos tipos de memoria tradicionalmente conocidas, la memoria a corto y largo plazo.

Os animamos a que lo leáis en: http://www.30dias.net/noticia.php?id=2410

Fuente: http://www.30dias.net ,  imagen extraída de la misma web.

Nuevo artículo: «Técnicas de modificación de conducta en DCA».

Esta vez, os queremos dejar un artículo sobre «Uso de técnicas de modificación de conducta en pacientes con Daño Cerebral Adquirido». Realizado por nuestra compañera, Victoria del Amo, neuropsicóloga y especialista en Daño Cerebral.

Muchas gracias Victoria por tu colaboración!!!

Uso de técnicas de modificación de conducta en pacientes con daño cerebral


En la práctica de la neuropsicología con pacientes con daño cerebral y especialmente en el ámbito hospitalario –el cual supone una brusca ruptura con respecto a su vida anterior y en el que normalmente se exige la adaptación a nuevas rutinas, la asimilación de pautas dadas por los terapeutas y en general, la adquisición de nuevos aprendizajes y hábitos-, el uso de las diversas técnicas de modificación de conducta constituye una ayuda útil y eficaz, de uso frecuente, de fácil incorporación, y para la que la participación de la familia y los distintos profesionales que se encuentran involucrados en la atención al paciente resulta indispensables.

En algunos casos y como consecuencia del daño cerebral, las personas pueden emitir conductas agresivas (patrón observable de respuestas /agresivas verbales y/o físicas, que pueden ser auto o heterodirigidas y que aparecen como respuesta a determinados eventos internos y/o externos y suelen estar seguidas de determinadas consecuencias).

El primer paso para modificar esta conducta será establecer cuáles son las variables antecedentes. En muchos casos existirá disconfort interno, una reducción en la capacidad para tolerar la frustración, un umbral bajo de respuesta (sensibilidad) a las distintas estimulaciones, así como una pérdida de repertorios conductuales para manejar distintas situaciones estresantes, entre otras. Tampoco hay que olvidar que habitualmente el paciente con daño cerebral ha experimentado una pérdida considerable, en algunos casos total, de autonomía, y que gran parte de las circunstancias que ahora le rodean son heteroimpuestas.

En estos casos, gran parte del abordaje se va a centrar en el control ambiental con el objeto de prevenir la emisión de este tipo de conductas y en el manejo de contingencias, es decir, en el caso de que aparezcan respuestas agresivas, qué tipo de consecuencia podemos modular que facilite que dichas conductas no se fortalezcan y que tiendan a desaparecer.

Por ejemplo, si un paciente grita y empuja y como consecuencia deja de recibir estimulación, es factible que si no tiene en su repertorio otro tipo de respuesta más adaptativa y la ausencia de esa estimulación le reporta beneficios (deja de experimentar algo que percibe como aversivo), en la próxima situación similar, la respuesta agresiva es probable que se vuelva a desencadenar.

En estos casos, como se mencionaba, gran parte del tratamiento se centrará en identificar antecedentes (facilitadores, desencadenantes) y controlarlos.

Por ejemplo, si se trata de trabajar con un miembro con dolor observaremos el umbral a partir del cual el paciente comienza a dar muestras de dolor y nos moveremos en los límites, sólo incrementando la estimulación de forma gradual; paralelamente, aprovecharemos para entrenar en el paciente en otras respuestas incompatibles con su respuesta normalmente activada, por ejemplo, que nos informe cuando empieza a sentir el malestar. Así mismo, si la conducta se desencadena, habitualmente se dará un tiempo mínimo fuera de estimulación, permitiendo de esta manera rebajar el nivel de activación fisiológica presente y posteriormente se dará una información clara y breve al paciente sobre su conducta y el porqué de su inadecuación. Se le proporcionará al mismo tiempo, la oportunidad de repararla, buscando además el compromiso de evitarlo en el futuro. Inmediatamente después se continuará con el trabajo planteado, de nuevo siempre procurando controlar todas las variables identificadas como desencadenantes o facilitadoras. Esto nos permitirá evitar que exista una consecuencia positiva tras su conducta inadecuada. Además, será recomendable siempre, introducir tareas que por sí mismas sean reforzantes para el paciente concreto, reforzar respuestas espontáneas apropiadas y en general, todo aquello que enriquezca el repertorio de respuestas adaptativas del paciente que, además, nos ayudará a alejarle de aquellas conductas que se desea eliminar.

Otra circunstancia que se da habitualmente es la de peticiones que por su cualidad o frecuencia resultan disruptivas o inadecuadas. Aquellas que no se pueden o no se deben satisfacer y cuya negativa provoca en el paciente un mayor nivel de malestar. Por ejemplo, la demanda de ingesta de líquido fino (como agua) en pacientes con alteraciones en la deglución en los que estaría contraindicada, o las llamadas nocturnas repetidas, así como las peticiones de presencia de un familiar hacia el que se tiene un fuerte apego, o la dificultad para permanecer tranquilos en ausencia de éste.

Al igual que en el caso anterior, el primer paso consiste en delimitar todos aquellos factores que contribuyen a que, por un lado, se desencadene la conducta y por otro lado, que esta se repita en exceso: ¿Es consciente el paciente de sus limitaciones? ¿Recuerda su anterior petición y la respuesta que obtuvo? ¿Es capaz de concentrarse en la tarea concreta que se le ha propuesto, o esta es lo suficientemente motivadora como para poder competir con otras sobreaprendidas?

Según se desprende, normalmente habrá varios aspectos a trabajar. Como base, la rehabilitación de las funciones alteradas, y como parte de las herramientas, el manejo de contingencias que nos ayuden a reducir, aumentar, eliminar o crear nuevas respuestas adecuadas al contexto y que ayuden al paciente a recorrer el camino de su rehabilitación.

En estos casos, suele ser útil que el paciente rellene algún registro observacional que le ayudará a tomar conciencia de su propia conducta y que servirá, así mismo, como paso previo para el control de la misma. Especialmente en aquellos casos en los que no se desea eliminar una conducta sino más bien reducir su frecuencia, se puede proceder controlando los reforzadores de forma que se vaya espaciando el intervalo entre respuestas. Paralelamente se trabajará la conciencia de enfermedad, y se ayudará con técnicas de relajación.

Es fundamental, antes de plantearse ningún tratamiento de este tipo, hacer un buen análisis de lo que está sucediendo, es decir, cuáles son las variables que intervienen en que se desencadene una conducta determinada, cuáles son las contingencias que están actuando como mantenedores y en qué consiste la conducta objeto de modificación.

Si no se ha hecho bien este análisis previo, el tratamiento planteado, en el mejor de los casos no funcionará, y en el peor, provocará un disconfort totalmente innecesario al paciente y podrá fomentar resistencias a futuros tratamientos junto con el desgaste de los participantes en el programa.

Así mismo, como se comentaba, en muchos de los casos de pacientes con daño cerebral se encuentran comprometidas funciones relacionadas con la toma de decisiones, análisis y resolución de problemas, el control de la conducta impulsiva, la conciencia de la propia enfermedad y déficits asociados; la propia alteración en la memoria episódica o déficits atencionales ambos prácticamente omnipresentes, puede desencadenar muchas de las conductas susceptibles de ser modificadas mediante el planteamiento de la modificación de conducta.

En definitiva, además de la implementación de estos programas se deberá trabajar específicamente las funciones superiores que se encuentran alteradas. En cualquier caso, y siempre que sea posible, cualquier cambio que se estime beneficioso para el paciente ha de ser planteado como una opción deseable; como una propuesta que se ofrece ante la cual es el paciente quien decide tomarla o dejarla. Debe ser él quien la haga suya y por lo tanto, la integre como proyecto propio. Frecuentemente, en estos pacientes no es posible apelar al tipo de capacidades mentales requeridas para tomar este tipo de decisiones, por lo que muchas veces no contaremos con toda su implicación consciente; sin embargo, siempre caminaremos junto a él persiguiendo promover su bienestar, su satisfacción y competencia personal.

Guías prácticas de manejo de pacientes con daño cerebral en las que se aborda el tratamiento de las más frecuentes alteraciones conductuales:

VVAA (2009). Rehabilitación de las alteraciones conductuales derivadas del daño cerebral adquirido. FEDACE (Madrid)
VVAA (2008). Guía de manejo cognitivo y conductual de personas con daño cerebral adquirido. IMSERSO (Madrid)
Muñoz, JM y Tirapu, J (2001). Rehabilitación neuropsicológica. Síntesis (Madrid).

Autora: Victoria del Amo. Neuropsicóloga especializada en Daño Cerebral.

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