Artículo: Uso de la toxina botulínica en los problemas vesicales.

incontinencia urinaria 2

La toxina botulínica tipo A, cada vez es más usada en nuestros pacientes. Disponemos de varias toxinas comercializadas con distintas indicaciones (Botox, Xeomín o Dysport son  las más usadas), que además de ser aplicadas  en medicina estética, son cada vez más empleadas en complicaciones vesicales como la incontinencia de orina. Hace dos años, Botox consiguió la indicación en problemas vesicales.

Un paciente tras un ictus, un traumatismo craneoencefálico o una lesión medular va a sufrir las consecuencias de los síntomas derivados de sus problemas vesicales. Además son cada vez más las mujeres que acuden a consultas para diagnóstico y tratamiento de incontinencia urinaria tras partos, tumores ginecológicos o de varones tras cirugía de cánceres de próstata.

En muchos casos los pacientes deben de ser sometidos a cirugías reconstructivas, pero cada vez se está usando más la infiltración de toxina botulínica en la hiperactividad del músculo detrusor, con el beneficio de menos aparición de  complicaciones postinfiltración.

control vesical

Se presentaron estudios concluyentes en un Congreso de la Asociación Americana de Urología. ( Ya en Octubre de 2012 se había publicado la Guía de manejo de vejiga no  neurogénica  (enlace), en ella se hacen varias recomendaciones, que podemos resumir en varios puntos:

  1. Diagnóstico: debemos realizar una perfecta historia clínica, con examen físico y análisis de orina. Si lo creemos conveniente también realizaremos un urocultivo y pasar distintos cuestionarios de frecuencia miccional.  El estudio urodinámico, la cistoscopia y la ecografía renal y vesical se realizarán en los casos complicados.
  2. Primera línea de tratamiento: se incluye la Fisioterapia de suelo pélvico.
  3. Fármacos antimuscarínicos: no deben ser usados en pacientes con glaucoma, problemas de vaciamento gástrico o con retención urinaria. Hay que tener cuidado en el paciente anciano frágil que esté en tratamiento con fármacos  para parkinson o demencia.
  4. Terapias neuromoduladoras: la neuromodulación sacral se realizará en pacientes que no responden a los anteriores tratamientos o que están pendientes de ser intervenidos. Otro tratamiento aprobado y que podemos utilizar es la Electroestimulación periférica del nervio tibial usando una aguja de acupuntura.
  5. Inyecciones intravesicales  en el músculo detrusor de Toxina Botulínica tipo A: puede realizarse al fallar las anteriores terapias, en pacientes seleccionados y correctamente seguidos en centros hospitalarios o clínicas especializadas. El uso en urología reciente consiste en inyecciones del detrusor para disminuir la hiperreflexia. Cabe destacar el estudio publicado por Reiz confirmando su seguridad y efectividad.

Los pacientes que no responden a la Fisioterapia, tras  electroestimulación combinada con tratamiento farmacológico, son remitidos normalmente a Urología, dónde se les puede realizar una Citoplastia. Pero el problema es que puede asociarse con complicaciones médicas como la pielonefritis, cálculos vesicales, insuficiencia renal crónica o ruptura vesical.

En un trabajo presentado por el Dr Padmanabhan de la Universidad de Kansas,  se incluyeron pacientes con hiperactividad del músculo detrusor valorados entre el año 2003 y el 2013, que fueron refractarios a los fármacos anticolinérgicos. En unos pacientes se realizaba cistoplastia, en otras ciscectomía y en otro grupo se infiltraba toxina botulínica.

En los pacientes que eran operados aparecían complicaciones: ileo paralítico, obstrucción intestinal o perforación vesical en la cistoplastia. Mientras que la única complicación que aparecía en el 6% de los pacientes infiltrados con toxina era la retención vesical. Además el tratamiento con toxina era en 40% más barata que la cirugía.

Se utiliza una fórmula liposómica de la toxina para proteger el urotelio lipofílico, notándose mejoría a las 4 semanas, dismunuyendo el número de episodios de pérdidas de orina.

Autora: Ana Belén Cordal López.

NUEVAS INDICACIONES DE TOXINA BOTULINICA EN LA ESPASTICIDAD DE MIEMBRO SUPERIOR.

toxina botulinica

El día 9 de abril recibíamos la noticia del fallecimiento del Dr Fredreic Brant, a la edad de 65 años, en su casa de Miami, sumido en una profunda depresión. Era conocido como el “barón del Botox y del colágeno”. Ha trabajado durante años como dermatólogo. Fue uno de los pioneros en el uso de la toxina, ampliándose progresivamente sus indicaciones en numerosas patologías.

En neurorrehabilitación la indicación que a nosotros más nos interesa es la espasticidad, con el objetivo de reducir la limitación articular y disminuir el dolor.

Esta pasada semana la FDA (Food and Drug Administration) acaba de aprobar una nueva indicación para la Onabotulinotoxina tipo A (Botox) en el tratamiento de la espasticidad que afecta a la extremidad superior de los adultos.

La nueva indicación incluye a dos músculos de la mano: “el flexor pollicis longus”, un músculo del antebrazo que flexiona el pulgar y el “adductor pollicis” un músculo de la mano que aproxima el pulgar, participando en la pinza manual. Además en la nueva indicación se incrementa la dosis administrada de 360 a 400 unidades, que pueden ser infiltradas en la espasticidad de miembro superior. También se ha aprobado un máximo de dosis acumulativa a los 3 meses de 360 a 400 unidades en las distintas indicaciones de infiltración de la espasticidad del miembro superior en hombro, codo y mano.

La toxina se inyecta en el músculo afectado por la espasticidad, actualmente con el apoyo del control ecográfico, lo que resulta beneficioso tanto para los médicos, que localizamos exactamente los músculos que queremos infiltrar, teniendo en cuenta que son músculos pequeños, como para el paciente, por ser una técnica que no emite radiaciones.

La espasticidad de miembro superior es una afectación que aparece en diversas enfermedades neurológicas como el ictus, el traumatismo craneoencefálico, la parálisis cerebral infantil, tumores cerebrales o esclerosis múltiple evolucionada, entre otras.  Disminuye la funcionalidad del hombro, codo y muñeca-dedos. Aparece tras semanas, meses o inlcuso años tras el diagnóstico inicial.

En estos pacientes el lavarse la mano afecta o el vestido de miembros superiores son tareas muy difíciles de realizar y que pueden ser mejoradas con la infiltración de toxina.

Dos estudios clínicos randomizados, a doble ciego, multicétricos han servido de base para esta nueva indicación, evaluando la seguridad y la eficacia.

En el primer estudio se asignaron de forma randomizada 170 pacientes, con espasticidad de miembro superior, infiltrándoles a unos pacientes 40 UI de Onabotulinotoxina tipo A y a otros pacientes placebo, en los músculos flexores del pulgar.  A las 6 semanas se valoraba de nuevo la espasticidad de los músculos flexores usando la Escala modificada de Ashworth, observándose disminución tanto clínica cmo estadísticamente significativa en el tono flexor de 1.0 con toxina a 0.0 con placebo, (p<0,001).

En el segundo estudio se evaluó la eficacia y seguridad de una inyección única de toxina de 30 o 40 UI, comparándola con placebo en los músculos flexores del pulgar e 109 pacientes con espasticidad de miembro superior. Al infiltrase a dosis de 40 UI se observaba una reducción clínica y estadísticamente significativa en el tono del pulgar, de 0,50 con toxina a 0,0 con placebo, (p<0,010).

Los efectos adversos registrados tras el tratamiento incluyen dolor en el miembro superior, debilidad muscular, fatiga, náuseas o bronquitis.

Estos estudios son presentados por ALTADIS, compañía farmacéutica que recientemente ha adquirido Allergan.

Fuente de la información: FDA OKs Botox for Adults With Upper Limb Spasticity

Troy Brown, RN DisclosuresApril 21, 2015. Medscape.