Prevención del ICTUS: HIPERRECETAS CARDIOSALUDABLES.

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Volvemos después de las vacaciones, y como no, aquí estamos para seguir ofreciéndoos las mejores noticias e información sobre neurología y rehabilitación neurológica.

Hoy Martes, os queremos proporcionar una web que hemos encontrado en la red, y que está patrocinada por el Laboratorio Esteve, sobre Hiperrecetas Cardiosaludables para pacientes con HTA.

Ya sabemos, que la hipertensión arterial (HTA) es el principal factor de riesgo modificable del Accidente Cerebrovascular o Ictus, y que por desgracia el ACV es la tercera causa de muerte y la primera causa de discapacidad.

Llevar una alimentación sana nos ayuda a la prevención de muchas enfermedades, y en este caso, la HTA es un factor de riesgo modificable del ACV, por lo que controlarlo nos ayudará en parte a la prevención del ICTUS.

En esta web, encontrarás multitud de recetas basadas en una dieta baja en sodio que permite controlar la HTA. Las recetas están disponibles en vídeo, pdf y se encuentran  explicadas paso a paso. Los menús, cuentan con un primero, un segundo y un postre.

Sin más, aquí os dejamos el enlace para que podáis acceder a este recurso:

http://www.hiperrecetas.com/pac/

Esperamos que os sirva de ayuda!

Rhbneuromad.

Fuente imagen: enlace anteriormente indicado.

La hidrocinesiterapia mejora la consecución del movimiento funcional.

A medida que nos hacemos mayores es más difícil mantenernos físicamente. En una población envejecida como la nuestra, cada vez nuestros pacientes afectados por enfermedades neurológicas son mayores de 70 años. En estos pacientes los ejercicios realizados en agua parecen ser más efectivos que los realizados en las salas de terapia si nuestro objetivo es conseguir un movimiento funcional.

Ya sabemos que el ejercicio físico reduce los factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión, hipercolesterolemia o la obesidad en la gente mayor.

En el estudio presentado en la 62 reunión del “American College of Sport Medicine” por investigadores de la Universidad de SaoPaulo, se estudiaron a 350 participantes asignados a uno de los grupos de cinco ejercicios: caminar, ejercicios en agua, ejercicios de resistencia, Pilates o ejercicios funcionales orientados a tareas. Se comparan con el grupo control, sin tratamiento.

Las mujeres incluidas en el grupo de ejercicios realizaban el programa 60 minutos, tres días a la semana, durante un año. Las mujeres que hacen ejercicio son más jóvenes que las incluidas en el grupo control, aunque no existe una gran diferencia (64 vs 21 años).

Los datos registrados son: el equilibrio, la capacidad funcional y la flexibilidad medidas valorando a los pacientes con varios test. La calidad de vida se valora con el “World Health Organization Quality of Life” (WHOQOL).

Test valorados en los pacientes:

  1. Ejercicios circulares de mano y muñeca: número de ejercicios circulares con ángulo completo realizados durante 30 segundos.
  2. Ejercicios de levantarse de la silla: número de veces que se levanta de la silla en 30 segundos.
  3. Tiempo que tarda en levantarse desde el suelo.
  4. Tiempo de “up and go”. Levantarse de la silla, caminar 3 metros y volver a sentarse.
  5. Tiempo que tarda en caminar o correr 800 metros.
  6. Equilibrio unipodal y tiempo en que se mantiene la postura en un solo pie.
  7. Flexibilidad poliarticular medida con goniometría.

La dieta de los pacientes no se controló y al final del estudio no encontraron diferencias en la composición corporal de grasa, músculo o niveles de agua en la determinación corporal.

Valoración de resultados:

La capacidad funcional y la calidad de vida mejoraron en todos los grupos que realizaban cualquier tipo de programa, comparado con los pacientes sedentarios.

Las pacientes que realizaban los ejercicios de resistencia obtenían mejores resultados en los movimientos de mano y en los ejercicios de ortoposición al levantarse de la silla.

Los pacientes que realizaban terapia en el agua presentaron mejores resultados en el tiempo de deambulación, de up and go y en equilibrio. Fueron capaces de controlar el equilibrio unipodal 30 segundos, dos veces superior al grupo control.

Las mujeres que realizaban pilates consiguieron incrementar su flexibilidad en igual proporción que las que realizaban ejercicios en agua.

Por lo tanto hacer ejercicios de resistencia en agua y pilates en suelo es lo más recomendable para conseguir una mayor flexibilización, propiocepción y prevención de caídas y fracturas en pacientes mayores.

Fuente: DR Bocalini PhD. American Collegue of Sport Medicine. 62 Annuel Meeting. May 29 2015.

Ana Belén Cordal López.

Artículo: ¿Qué es la enfermedad?

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«La enfermedad es vivir en la rutina, con valores ajenos, sin haber estado nunca en contacto con la vida que fluye dentro de cada uno, sin haber sentido la complejidad de la propia experiencia de donde surgen las alternativas»

Eugene Gendlin.

Enfermar es alejarte de lo que realmente eres, de lo que tu alma sabe que es bueno para ti. Es vivir una vida que no es la tuya, es no querer reconocerte, es sucumbir a dictados ajenos, o propios pero caducos.

Pero, ¿por qué enfermamos? Y ¿por qué enferma a veces nuestro cuerpo y otras veces y cada vez más enferma nuestro ánimo? ¿pueden enfermar el uno sin el otro? ¿Hay alguna relación entre nuestro estilo de vida y el aumento de las enfermedades psíquicas? ¿Qué papel juega el estrés?

El Dr. Bruce Lipton, un ex Biólogo Celular de la Escuela de Medicina de Stanford , dice en su libro más vendido según el New York Times “La biología de las creencias”, que el estrés es la causa de más del 95% de todos los padecimientos y  enfermedades, y este es causado por una creencia equivocada. Estas creencias equivocadas nos hacen malinterpretar. Muchas veces son imágenes destructivas que difunden una señal de miedo en todo el cuerpo, poniendo al sistema nervioso en un estado de lucha o de huida, sinónimo de estrés. Con el tiempo, este síndrome de lucha o huida da lugar al padecimiento y la enfermedad. Etimológicamente, disease (enfermedad en inglés) significa precisamente falta de tranquilidad.

Pero entonces la enfermedad , ¿es un trastorno psicoemocional o físico? Antes de nada conviene recordar que el hombre, como ser global, vivencia sus experiencias desde lo corporal, lo emocional y lo psíquico. Cuando un adulto sufre una gripe, es frecuente que estando postrado en la cama, experimente una regresión a la infancia sintiéndose impotente y pudiendo hacer muchas menos cosas de las que realmente es capaz. Es frecuente que el sujeto tenga pensamientos negativos acerca de su mala suerte, su excesiva vulnerabilidad, la desconfianza de los compañeros de trabajo o jefes en cuanto a su estado de salud… Y lo que empezó como un simple resfriado puede acabar en un cuadro de ansiedad habiendo traspasado la enfermedad el terreno somático para alcanzar el psíquico (somatopsíquico).También ocurre al revés, una persona con depresión, enfermedad en principio psíquica, acaba padeciendo insomnio, estreñimiento, inmovilidad por la apatía y acaba disminuyendo la eficacia de su sistema inmune siendo mucho más susceptible de padecer infecciones o tumores (psicosomático).

Cada vez parece más claro que la diferencia entre somático y psíquico no es tan evidente, que el paso de enfermedad estrictamente somática a somatopsíquica es cuestión de tiempo o de audacia y habilidad en la percepción del clínico, de la capacidad de reconocer todos nuestros niveles o planos y su interrelación.

Y para ti… ¿qué es enfermar?

Autora: Beatriz Tierno Tierno.

E-mail: beatriztiernotierno@gmail.com

Fuente imagen: http://catalinaristizabal.com/wp-content/uploads/2015/07/Enfermedad-vs-salud.jpg

ARTÍCULO: PARTE III: “La nutrición del sistema nervioso. Los micronutrientes: los MINERALES”.

Recordemos que en los dos artículos anteriores de “Dime qué comes y te diré cómo funciona tu sistema nervioso”, vimos los macronutrientes y dentro de los micronutrientes, a las vitaminas.

Esta semana, os dejamos el último artículo elaborado por Emma Gil Orejudo, donde veremos los MINERALES. 

Recordemos que los micronutrientes se describen como elementos reguladores de las reacciones metabólicas del organismo, que en algunos casos, tienen una función estructural y que no aportan energía, aunque sí intervienen en las reacciones metabólicas para obtenerla. Además se caracteriza por estar presentes en cantidades muy pequeñas en nuestro organismo.

Los micronutrientes son las vitaminas y los minerales. Vamos a hablar en este artículo de los MINERALES. 

http://www.desdeelpie.com.ar/index.php/prensa-y-noticias/181-salud-los-minerales-alimentacion-balanceada

MINERALES.

Entre las sustancias que intervienen en los fenómenos bioquímicos de los organismos hay un grupo de elementos minerales que son indispensables en numerosas funciones biológicas. Son parte de las estructuras somáticas y participan en tejidos y líquidos corporales, y a la vez facilitan el equilibrio electrolítico, activan reacciones bioquímicas y facilitan la transmisión nerviosa.

Existe una clasificación de los minerales en nutrición, en función de la cantidad diaria requerida. A los que se requiere cantidades mayores se les denomina macrominerales, y son el calcio, el fósforo, el magnesio, el sodio y el potasio, entre otros. A los que se requiere en menores cantidades se les denomina microminerales, minerales traza u oligoelementos. Son el hierro, el zinc, el yodo y el cobre, entre otros.

CALCIO.

Es el elemento mineral más abundante en el cuerpo, debido a su presencia en la estructura ósea.

En cuanto al sistema nervioso, su papel es muy importante ya que actúa en la liberación de neurotransmisores y es imprescindible para la correcta transmisión de la información a lo largo del sistema nervioso. También tiene un papel potenciador del aprendizaje.

Se encuentra en alimentos como la leche, los productos lácteos, los higos, las nueces, las legumbres y los copos de avena.

MAGNESIO.

Este mineral es necesario para el funcionamiento de enzimas que intervienen en la formación de neurotransmisores. Reduce el cansancio y la fatiga, y potencia un funcionamiento psicológico normal. Su déficit puede ocasionar síntomas depresivos, nerviosismo e irritabilidad.

Se encuentra en alimentos como los frutos secos, los garbanzos o las judías.

SODIO.

De extrema importancia para numerosos procesos metabólicos del cerebro y todo el organismo, en circunstancias en que el organismo sufre una pérdida masiva de sodio, esto puede causar daño en determinadas sustancias del tronco cerebral e incluso comprometer la vida.

Se encuentra en alimentos como la sal común (cloruro sódico).

POTASIO.

Es muy importante para la transmisión de mensajes entre neuronas. Además favorece la circulación, también del cerebro, ya que dilata los vasos sanguíneos.

Se encuentra en el plátano, el albaricoque, las alcachofas y las nueces.

FÓSFORO. 

Desempeña un papel fundamental en el metabolismo energético, ya que sus funciones son de transporte, almacenamiento y utilización de la energía procedente de la alimentación. Interviene a nivel de neurotransmisores.

Se encuentra en alimentos como el bacalao, las almejas, los berberechos, las cigalas y los langostinos.

HIERRO.

Este mineral es absolutamente imprescindible para todo el organismo ya que forma parte de los glóbulos rojos, encargados del transporte del oxígeno por todo el cuerpo. Su déficit disminuye la capacidad de concentración y memoria, así como el rendimiento físico, aumentando la sensación de cansancio.

Se encuentra en alimentos como las almejas, los berberechos, las carnes rojas, los pistachos y las lentejas.

ZINC.

Interviene en más de cien reacciones bioquímicas del organismo humano., además de proteger de la acción de los radicales libre.

Su déficit contribuye a la aparición de síntomas depresivos, problemas de aprendizaje e hiperactividad.

Se encuentra en alimentos como las almendras, el yogur y los cereales.

YODO.

Es un importante antioxidante para el organismo. Además de componente de la hormona tiroidea.

Se encuentra en alimentos como la carne, el pescado, la leche y los productos lácteos.

Después de haber descrito los nutriente más importantes del sistema nervioso, sus funciones en el organismo y las consecuencias que pueden tener sus carencias, subrayamos la importancia de un buen control de la nutrición, observando si en el fondo de un determinado síntoma resistente no puede haber un problema que se resuelva con el nutriente apropiado y que facilite al organismo y al sistema nervioso en particular todo lo que necesita para su óptimo funcionamiento, sea cual sea su condición de inicio.

Esperamos que os hayan gustado estos tres artículos elaborados por Emma Gil Orejudo. Muchas gracias Emma por tu gran colaboración!.

ARTÍCULO: PARTE II: «La nutrición del sistema nervioso. Los micronutrientes: las VITAMINAS».

En la primera parte del artículo «Dime qué comes y te diré cómo funciona tu sistema nervioso», describíamos la división de los nutrientes en macro y micronutrientes. En esta parte nos centraremos en las vitaminas, que forman parte de los micronutrientes.

La próxima semana, publicaremos la última parte de estos tres grandes artículos, elaborados por Emma Gil Orejudo. No os perdáis el último artículo, donde se hablará de los minerales.

Aquí os dejamos el artículo de esta semana:

Los micronutrientes se describen como elementos reguladores de las reacciones metabólicas del organismo, que en algunos casos, tienen una función estructural y que no aportan energía, aunque sí intervienen en las reacciones metabólicas para obtenerla. Además se caracteriza por estar presentes en cantidades muy pequeñas en nuestro organismo.

Los micronutrientes son las vitaminas y los minerales. Vamos a hablar en este artículo de las VITAMINAS.

http://www.sanasana.com/latinohealthmagazine/vitaminas-para-el-cerebro/

VITAMINAS.

Son sustancias orgánicas presentes en el organismo en cantidades muy pequeñas, necesarios para su funcionamiento y que participan de forma directa en todos los procesos metabólicos de la nutrición humana. La agrupación de estas sustancias bajo el nombre de vitaminas no es porque comparten una similitud química.

La ausencia de vitaminas en la alimentación provoca estados carenciales, con trastornos específicos muy importantes, de lo cual procede el término vitamina (originalmente se les consideraba aminoácidos vitales).

Nuestro organismo no es capaz de sintetizar la mayoría de ellas, por lo que ha de abstenerse a través de la alimentación.

En la primera nomenclatura de las vitaminas de le fue asignado con una letra del abecedario. En la actualidad, se tiene a nombrarlas con su nombre químico (cuando se conoce su fórmula).

Las vitaminas suelen clasificarse en dos grupos por su solubilidad, que determina su presencia y distribución en líquidos corporales, capacidad de almacenamiento en los tejidos y eliminación del organismo. De este modo, se clasifican en:

Hidrosolubles: son solubles en agua, lo que implica que se almacenan en menor medida, en el organismo, por lo que se requieren fuentes constantes de ellas. Las vitaminas hidrosulubles son todas las del complejo B y la vitamina C.

Liposolubles: se disuelven en la grasa, lo que hace que se almacenen en el organismo (en hígado y tejidos grasos sobre todo), lo cual aumenta su disponibilidad, pero también su sobredosificación, lo cual resulta dañino para el organismo. Las vitaminas A, E, D y K son liposolubles.

En cuanto a la relación de las vitaminas con el sistema nervioso, al estar todas involucradas en las reacciones metabólicas, de forma directa o indirecta, todas las vitaminas son necesarias para un adecuado funcionamiento del sistema nervioso.

A continuación se describen las vitaminas relacionadas de forma más directa con el sistema nervioso, así como algunos alimentos ricos en dicha vitamina.

VITAMINA A. RETINOL

Sus funciones en lo que implica al sistema nervioso están relacionadas con la visión, ya que la vitamina A es imprescindible para que la energía de la luz se transforme en impulsos nerviosos (transducción), proceso que tiene lugar en la retina del ojo, de ahí el nombre de esta vitamina.

También es imprescindible para procesos de división celular y crecimiento, así como para el sistema inmune y la piel.

Sólo se encuentra en alimentos de origen animgal: hígado, mantequilla , queso. Algunos vegetales contienen carotenoides (precursores de la vitamina A), como algas, menta, perejil, zanahorias, espinacas, remolacha, col, albaricoques, brócoli, melón.

COMPLEJO DE VITAMINAS B.

Este grupo desempeña muchas funciones en reacciones metabólicas a nivel cerebral, por lo que se las conoce como «vitaminas para los nervios».

B1. TIAMINA.

Es necesaria para el metabolismo de las grasas, proteínas, ácidos nucleicos, y carbohidratos, todos ellos importantes para el sistema nervioso.

Además interviene en la conducción de impulsos nerviosos. Una disminución del 20% de tiamina causa graves alteraciones en las funciones del sistema nervioso. Como debilidad muscular, ausencia de reflejos, parálisis periférica, o síntomas depresivos.

Se encuentran en prácticamente todos los alimentos de origen animal y vegetal, especialmente en el pollo, cerdo, pescado, patata y cereales integrales.

B2. RIVOFLAVINA.

Esta vitamina es requerida para la producción de los glóbulos rojos (transporte de oxígeno) y anticuerpos (sistema inmunitario), respiración celular y crecimiento. Ayuda en el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas.

Facilita la utilización de oxígeno en los tejidos y la absorción de hierro, de modo que contribuye al mantenimiento del sistema nervisoso, la redución del cansancio y la disminución del estrés. Se ha documentado ayuda en casos de migraña.

Se encuentra en alimentos como el hígado, la leche, las almendras y los cereales.

B3. NIACINA.

La niacina contribuye a la síntesis de neurotransmisores, esteroides y hormonas tróficas. Es importante para la formación de glóbulos rojos y contribuye al funcionamiento normal del sistema nervioso, teniendo además funciones neuroprotectoras.

Se encuentra en alimentos como la levadura, cígala, atún o pimentón.

B5. ACIDO PANTOTEICO.

Se sabe que juega un papel importante en la producción de hormnoas adrenérgicas, neurotransfmisores y anticuerpos, así como en las síntesis de la vitamina D.

Se encuentra en alimentos como la ternera, las pipas de girasol, el cerdo o el pollo.

B6. PIRIDOXINA.

Resulta esencial para el metabolismo del triptófano. De esta vitamina depende el proceso para formar las vainas de mielina que rodean a las neuronas. Además regula la síntesis del neurotransmisor GABA.

El organismo se ocupa de que se conserven altos valores de esta vitamina en el cerebro, aun cuando las concentraciones en plasma son bajas, esto nos da una idea de la importancia de su papel en el sistema nervioso, presentándose problemas en el funcionamiento cerebral cuando la recaptación de esta vitamina en el cerebro es inadecuada.

B8. BIOTINA.

Se sabe que juega un papel importante para el metabolismo de los hidratos de carbono, grasas y proteínas.

Se sabe que en estados carenciales de esta vitamina pueden aparecer dolores musculares, parestesias, falta de apetito y síntomas depresivos.

Se encuentra en alimentos como el pescado azul, los cereales integrales o la yema de huevo.

B9. ÁCIDO FÓLICO.

Recibe este nombre por haber sido identificado en hojas (folium=hoja) de vegetales verdes.

Es esencial en la maduración de eritrocitos (glóbulos rojos) y leucocitos (sistema inmunitario), e indispensable en el cierre del tubo neural (origen del sistema nervioso) en la fase embrionaria.

Participa en la síntesis de las sustancias que componen el ADN, por tanto es muy importante su función en la división celular.

Se encuentra en alimentos como las espinacas, las coles, las lentejas, las habas y la soja.

B12. COBALAMINA.

Esta vitamina es esencial para la función normal del metabolismo de todas las células, especialmente en el aparato digestivo, médula ósea y tejido nervioso. Participa en la formación de mielina. Por ello, es muy importante en funciones neurológicas y psicológicas normales y en la reducción del cansancio y fatiga.

Se encuentra en alimentos como la levadura de cerveza, carne, huevos, lácteos y pescado.

VITAMINA C. ÁCIDO ASCÓRBICO.

Esta vitamina es indispensable en la transformación del triptófano en serotonina y formación de noradrenalina a partir de la dopamina.

Tienen importantes acciones antioxidantes en el organismo, lo que contribuye a que no se formen placas ateroescleróticas en los vasos sanguíneos, y por tanto la prevención de infartos. También participa en la absorción del hierro intestinal, y en la síntesis de hormonas tiroideas y adrenales. Por ello, en épocas de estrés, se elimina más vitamina C por la orina.

La vitamina C junto con los betacarotenos son los que mayor protección han demostrado en lo que respecta al mantenimiento de la memoria y la capacidad de razonamiento.

Se encuentra en alimentos como el kiwi, las naranjas, los limones, las mandarinas, los tomates, los pimientos, el perejil, las espinacas, el melón y las fresas.

Autora: Emma Gil Orejudo. 

 

¿Qué es la enfermedad?

La enfermedad es vivir en la rutina, con valores ajenos, sin haber estado nunca en contacto con la vida que fluye dentro de cada uno, sin haber sentido la complejidad de la propia experiencia de donde surgen las alternativas.

Eugene Gendlin.

Enfermar es alejarte de lo que realmente eres, de lo que tu alma sabe que es bueno para ti. Es vivir una vida que no es la tuya, es no querer reconocerte, es sucumbir a dictados ajenos, o propios pero caducos.

Pero, ¿por qué enfermamos? Y ¿por qué enferma a veces nuestro cuerpo y otras veces y cada vez más enferma nuestro ánimo? ¿pueden enfermar el uno sin el otro? ¿Hay alguna relación entre nuestro estilo de vida y el aumento de las enfermedades psíquicas? ¿Qué papel juega el estrés?

El Dr. Bruce Lipton, un ex Biólogo Celular de la Escuela de Medicina de Stanford , dice en su libro más vendido según el New York Times «La biología de las creencias», que el estrés es la causa de más del 95% de todos los padecimientos y  enfermedades, y este es causado por una creencia equivocada. Estas creencias equivocadas nos hacen malinterpretar. Muchas veces son imágenes destructivas que difunden una señal de miedo en todo el cuerpo, poniendo al sistema nervioso en un estado de lucha o de huida, sinónimo de estrés. Con el tiempo, este síndrome de lucha o huida da lugar al padecimiento y la enfermedad. Etimológicamente, disease (enfermedad en inglés) significa precisamente falta de tranquilidad.

Pero entonces la enfermedad , ¿es un trastorno psicoemocional o físico? Antes de nada conviene recordar que el hombre, como ser global, vivencia sus experiencias desde lo corporal, lo emocional y lo psíquico. Cuando un adulto sufre una gripe, es frecuente que estando postrado en la cama, experimente una regresión a la infancia sintiéndose impotente y pudiendo hacer muchas menos cosas de las que realmente es capaz. Es frecuente que el sujeto tenga pensamientos negativos acerca de su mala suerte, su excesiva vulnerabilidad, la desconfianza de los compañeros de trabajo o jefes en cuanto a su estado de salud… Y lo que empezó como un simple resfriado puede acabar en un cuadro de ansiedad habiendo traspasado la enfermedad el terreno somático para alcanzar el psíquico (somatopsíquico).También ocurre al revés, una persona con depresión, enfermedad en principio psíquica, acaba padeciendo insomnio, estreñimiento, inmovilidad por la apatía y acaba disminuyendo la eficacia de su sistema inmune siendo mucho más susceptible de padecer infecciones o tumores (psicosomático).

Cada vez parece más claro que la diferencia entre somático y psíquico no es tan evidente, que el paso de enfermedad estrictamente somática a somatopsíquica es cuestión de tiempo o de audacia y habilidad en la percepción del clínico, de la capacidad de reconocer todos nuestros niveles o planos y su interrelación.

Y para ti… ¿qué es enfermar?

Autora: Beatriz Tierno Tierno.

E-mail: beatriztiernotierno@gmail.com

Fuente imagen: http://avabarronshasho.com/5-lessons-learned-from-illness/