
A diario solemos escuchar como queja común en nuestros pacientes o sus familias, que la evolución del tratamiento rehabilitador no es buena porqué se ha empezado tarde o porqué en el hospital de agudos la rehabilitación se demoró.
Por eso es interesante este estudio que ha sido presentado por la Dra. Julia Bernhard, del Instituto de Neurocencias de Victoria (Australia), en una Conferencia inaugural de la Organización Europea del ictus en Glasgow. El estudio fue publicado en The Lancet.
Investigaciones previas realizadas con un número pequeño de pacientes nos sugerían que lo recomendable en las guías de práctica clínica era iniciar de forma precoz e intensiva el tratamiento neurorrehabilitador.
El estudio fue realizado en 56 centros de los 5 continentes comparando un tratamiento rehabilitador precoz e intensivo con un tratamiento consistente en cuidados básicos y movilizaciones pasivas tras el ictus. Se incluyen a 2104 pacientes, randomizados en los dos tratamientos, con un tiempo medio de randomización de 18 horas tras el ictus agudo.
El 45 % de los pacientes estaban diagnosticados de ictus moderado o severo, 26% eran mayores de 80 años, y el 24% habían sido sometidos a fibrinólisis con rtPA.
El tratamiento precoz e intensivo abarca tres elementos primordiales:
- Inicio en las primeras 24 horas tras el diagnóstico clínico y con pruebas de imagen del ictus.
- Protocolo de reeducación de sedestación-ortoposición-bipedestación y marcha, (actividad fuera de la cama).
- Al menos tres sesiones al día fuera de la cama.
A los pacientes que eran incluidos en el grupo de la terapia intensiva se les movilizaba en una media de 18,4 horas tras el ictus , comparados con los pacientes sometidos a cuidados básicos, con una media de 22,4 horas tras el episodio agudo. A los primeros se les realizaba una media de 6,5 sesiones comparados con las 3 sesiones en el grupo normal. Los primeros recibían una media de 31 minutos de terapia al día y los segundos 10 minutos.
Para valorar los resultados se estudiaron los resultados funcionales a los 3 meses con la Escalade Rankin, con una variación de 0 a 2. Los peores resultados los mostraban los pacientes sometidos a la terapia precoz e intensiva, con un 46% de mejoría, frente a un 50% en los pacientes con cuidados básicos, con un Odss Ratio (95%IC) de 0,73(0,59-0,90) p 0,004.
Las diferencias no fueron significativas en cuanto a los fallecidos, el 8% en el grupo de terapia intensiva frente al 7% en el normal o en los efectos adversos del 19% y 20%, respectivamente.
En el análisis del subgrupo de pacientes con ictus isquémicos más severos o ictus hemorrágicos se observó que la terapia intensiva era dañina y empeoraba los resultados del tratamiento.
El estudio ha tardado 8 años en realizarse y una de las dificultades encontradas por los investigadores era estudiar pacientes en las primeras 24 horas del ictus en el servicio público de salud y la integración de los resultados en las guías de práctica clínica.
Este estudio fue impulsado por el National Health and Medical Council of Australia, con fondos recibidos del Chest Heart and Stroke Scotland, Northem Ieland Chest Heart and Stroke, Singapoure Health, the UK Stroke Association, and the UK National Institute of Health Research.
European Stroke Organisation (ESO) Conference 2015. Abstract 71. Presented April 17, 2015.
Lancet. Published online April 17, 2015. Article full text
Fuente de la imagen: Manejo inicial del ictus isquémico agudo. Navarete Navarro. Medicina Intensiva 2008.
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